El aumento de las nuevas infecciones se ha desbocado entre las mujeres jóvenes y las adolescentes. De hecho, en 2021, en este grupo de población se produjo una nueva infección cada dos minutos.
El impacto del VIH en las mujeres, especialmente en mujeres y niñas jóvenes africanas, se produjo en medio de la interrupción de los servicios clave de tratamiento y prevención del VIH, cuando millones de niñas quedaron fuera de la escuela debido al covid-19 y se registraron picos en las tasas de embarazos adolescentes y de violencia de género. El informe En Peligro de ONUSIDA refleja que, en África subsahariana, las chicas adolescentes y las mujeres jóvenes tienen tres veces más probabilidades de contraer el VIH que los chicos adolescentes y los hombres jóvenes.
“¿Nos importa empoderar y proteger a nuestras niñas? ¿Queremos detener las muertes por sida entre los niños? ¿Ponemos salvar vidas por delante de la criminalización?” se preguntó Winnie Byanyima directora ejecutiva de ONUSIDA, en la conferencia AIDS 22. “Si la respuesta es sí, entonces debemos volver a encarrilar la respuesta al sida”.
“¿Nos importa empoderar y proteger a nuestras niñas? ¿Queremos detener las muertes por sida entre los niños? ¿Ponemos salvar vidas por delante de la criminalización?”
Winnie Byanyima
Directora ejecutiva de ONUSIDA
Los datos de ONUSIDA revelan un riesgo creciente de nuevas infecciones entre hombres que tienen sexo con hombres (HSH) en todo el mundo. Estos últimos tienen un riesgo 28 veces mayor de contraer VIH que otras personas de su misma edad, mientras que las personas usuarias de drogas por vía intravenosa tienen un riesgo 35 veces mayor, los trabajadores sexuales 30 veces mayor y las mujeres transgénero 14 veces mayor.
La gravedad de la situación actual no debería sorprendernos. En 2019, Médicos Sin Fronteras (MSF) publicó un informe en el que advertía que la respuesta al VIH y la tuberculosis se había estancado, en gran parte porque el mundo era demasiado optimista sobre qué parte de la financiación de los programas para combatir las enfermedades podría ser asumida por los países de ingresos bajos y medios. Al igual que ONUSIDA, una nueva evaluación realizada por los equipos de MSF en 2022 muestra cómo la pandemia de covid-19 y las crisis económicas y sociales concurrentes han exacerbado los problemas existentes relacionados con el VIH, la tuberculosis y la malaria. Las consecuencias para las personas que viven con las tres enfermedades son dramáticas, concluye el análisis.
Sólo la mitad (unos 800.000) de los niños con VIH en el mundo pueden acceder a medicamentos.
Niños y niñas suponen el 4% de las personas que viven con VIH, pero el 15% de las muertes relacionadas con el virus.
El informe de ONUSIDA subraya, por su parte, que se están debilitando los esfuerzos para garantizar que todas las personas que viven con VIH accedan al tratamiento antirretroviral. Así, el número de personas en tratamiento tuvo en 2021 el crecimiento más lento en una década: el número de personas que lo recibieron aumentó sólo en 1,47 millones, frente a aumentos netos de más de 2 millones en años anteriores.
Esto representa el aumento más pequeño desde 2009. Y, aunque tres cuartas partes de los que viven con el virus tienen acceso al tratamiento, éste todavía se niega a diez millones de personas. Sólo la mitad (unos 800.000) de los niños con VIH pueden acceder a medicamentos.
Muy importante: niños y niñas suponen el 4% de las personas que viven con el virus, pero el 15% de las muertes relacionadas con el mismo. La brecha en la cobertura del tratamiento del VIH entre niños y adultos está aumentando en lugar de estrecharse.
Referencias