Las Infecciones de transmisión sexual (ITS) son infecciones causadas por bacterias, virus, hongos o parásitos. Pueden no tener síntomas. Sólo un médico las debe diagnosticar y proponer un tratamiento en consecuencia.
Si tienes VIH, que también es una ITS, puedes ser más vulnerable a esas infecciones, especialmente sífilis, gonorrea y clamidia. Con el virus, es más difícil tratarlas. También, pueden llegar a afectar a tu sistema inmunitario. Tener una ITS aumenta el riesgo de infectarte o transmitir VIH.
1. ¿Cómo puedes prevenirlas?
2. ¿Dónde recibir diagnóstico y tratamiento de las ITS?
3. ¿Qué tipo de ITS hay?
Los centros de salud y los Servicios de Enfermedades Infecciosas de tu hospital de referencia, dentro del servicio público de salud, además de hacer los test adecuados, ofrecen información y consejo antes y después de la prueba, independientemente de su resultado. Además, garantizan que, en caso de un diagnóstico positivo, se te derive a los servicios sanitarios especializados para llevar a cabo el tratamiento pertinente. Para ello, necesitarás presentar tu tarjeta sanitaria, aunque si se trata de una urgencia te atenderán igualmente.
En España, se respetan una serie de principios fundamentales vinculados a las pruebas de detección de ITS. Todas las personas necesitamos conocerlos para asegurar la confianza. Estos test son gratuitos en los centros del sistema público de salud. Se realizan de forma voluntaria, confidencial (en algunos centros también anónima) y con consentimiento informado verbal de la persona a la que se le realiza la prueba.
Es verdad que existen muchos otros espacios (ONG ´s, asociaciones, fundaciones, etc.) que también ofrecen los mismos chequeos clínicos bajo las mismas premisas, pero, generalmente, en ellos no se realizan las pruebas de todo el espectro de ITS.
Los laboratorios y centros médicos privados sí podrían brindarnos esa posibilidad, aunque previo pago de un importe.
Causada por una bacteria, se manifiesta en fases. En la primera, aparece una úlcera (chancro) en el lugar por el que ha entrado la bacteria, aproximadamente a las tres semanas de hacerlo. No suele doler y puede pasar inadvertida, pero puede transmitir la bacteria por contacto. Desaparece por sí sola sin dejar cicatriz. En la siguiente fase se pueden dar otros síntomas. El más común son las erupciones en tronco, palmas de manos y pies, y a veces fiebre y malestar general. Las fases tardías pueden ser graves, de ahí la importancia de realizar un diagnóstico precoz e iniciar tratamiento. Se puede diagnosticar pasadas las cuatro a seis semanas. Se cura con penicilina.
Causada por una bacteria, afecta sobre todo a uretra, cuello uterino, recto, faringe y ojos. Si hay síntomas, suelen aparecer del segundo al séptimo día de la infección. Pueden ser desde un aumento de la frecuencia de orinar, con molestias y supuración maloliente, a tener dolor y/o secreción en la defecación. También, en forma de dolor y molestias al tragar alimentos. Se diagnostica mediante un análisis de orina o una toma de secreciones. Se cura con antibióticos.
Es una bacteria que afecta a uretra, cuello uterino, recto, faringe y ojos. Si aparecen síntomas, lo hacen entre siete y veintiún días: una secreción clara y transparente con molestias al orinar o defecar. El linfogranuloma venéreo (LGV) es una variante más agresiva de la clamidia que causa inflamación anal con dolor y secreción. Se diagnostica a través de muestras de las secreciones o con un análisis de orina. Se cura con antibióticos.
Inflamación del hígado que a veces está producida por un virus. En las fases agudas, los síntomas más comunes son malestar general, vómitos, delgadez, coloración amarilla de la piel y del blanco de los ojos. Puede no presentar síntomas y en la fase aguda la mayoría de las veces se cura sola. Hay tres tipos de hepatitis: la hepatitis A sólo se manifiesta de forma aguda; la hepatitis B y la C pueden hacerse crónicas y dar complicaciones en el futuro. Normalmente, se diagnostican con un análisis de sangre.
La infección puede producir lesiones en forma de verrugas, principalmente en zonas genitales y ano (condilomas). Hay muchos tipos de virus. Algunos están asociados con cáncer cervical, anal o de pene. Si el organismo no es capaz de eliminarlo, el virus se queda alojado en él y pueden aparecer o reaparecer lesiones. Se diagnostican con un reconocimiento de las lesiones. Si están dentro del ano, también puede hacerse por anuscopia. Se pueden tratar las verrugas.
Afecta a genitales y ano (VHS2) y a la boca (VHS1). Queda alojado en el cuerpo, provocando úlceras y/o vesículas de forma intermitente. Con tratamiento, suele durar entre cinco y siete días. Hay fármacos antivirales que mejoran los síntomas. Se diagnostican con un reconocimiento de las lesiones y recogiendo muestras.
