La mayoría de las personas infectadas por el VIH no sabe que han contraído el virus.
Por lo general, la infección por el VIH no causa ningún síntoma. Pero, aún sin síntomas, una persona que acaba de contraer el virus puede transmitirlo a otra persona. Para saber si se ha contraído el VIH, hay que realizarse una prueba de VIH.
¿Tienes algún síntoma? Pide cita con tu médico. Si quieres que sea lo más útil posible, ¡prepárala bien! Aquí tienes algunas pautas para preparar tu consulta.
No puedes confiar en los síntomas para saber si tienes el VIH, ya que no todas las personas tienen los mismos síntomas: Depende de cada uno y de la etapa en la que se encuentre la infección. No suele haber diferencias entre los síntomas del VIH en hombres o los síntomas del VIH en mujeres. Se pueden diferenciar 3 fases:
Se da en las primeras semanas de la infección y se suele llamar Infección primaria (VIH agudo).
Entre las semanas 2 y 4 a partir de la infección, el VIH se multiplica activamente en las células infectadas. El sistema inmunitario responde y consigue disminuir la presencia del virus en la sangre, aunque no lo elimina. Sigue presente y continúa afectando a otros órganos.
En este primer momento, puedes sentirte enfermo, como si tuvieras una gripe. Esto puede durar varias semanas. Es la respuesta natural del cuerpo a la infección.
Se trata de la infección primaria (aguda) del VIH, hay una gran cantidad de virus en la sangre y puede transmitirla con facilidad. Esta fase puede durar unas pocas semanas y algunos de sus posibles síntomas son:
Muchas veces, estos síntomas son tan leves que pasan desapercibidos. Incluso pueden aparecer y desaparecer. Sin embargo, la cantidad de virus en el torrente sanguíneo (carga viral) es bastante alta en este momento y la infección se propaga por tu cuerpo más fácilmente que en etapas posteriores. Además, aunque no tengas síntomas, puedes transmitir el VIH a otras personas.
Por eso es muy importante hacerse la prueba y conocer tu situación serológica (en especial si has tenido sexo sin protección o has compartido agujas), porque, de esta manera, tienes la opción de acudir al especialista y comenzar el tratamiento. Si lo tomas de manera adecuada, alcanzarás una carga viral indetectable, podrás vivir una vida larga y saludable como las personas que no tienen VIH y no transmitirás el VIH.
Se da tras las primeras semanas de la infección y se llama Infección crónica por VIH.
Si la infección no se trata, el VIH se sigue multiplicando por tu cuerpo, aunque a un ritmo mucho más bajo, y va debilitando poco a poco tu sistema inmunitario. Lo habitual en esta fase es que las personas no presenten ningún síntoma, ni se sientan enfermas. Algunos, en especial las personas usuarias de drogas inyectables, pueden tener una cifra baja de plaquetas; y una parte de los pacientes puede presentar alteraciones del sistema nervioso central o periférico.
A medida que el virus continúa multiplicándose y destruyendo cada vez más células inmunológicas, puedes desarrollar infecciones leves o signos y síntomas crónicos como los siguientes:
Las personas con VIH sin tratamiento pueden estar en esta situación durante 10 o 15 años (aunque en algunas ocasiones el deterioro es mucho más rápido), pero las consecuencias en tu cuerpo pueden llegar a un punto de no retorno. Además, aunque no tengas síntomas, puedes transmitir el VIH a tus parejas en tus relaciones sexuales.
Por eso es muy importante hacerse la prueba cuanto antes y conocer tu situación serológica (en especial si has tenido sexo sin protección o has compartido agujas), porque, de esta manera, tienes la opción de acudir al especialista y comenzar el tratamiento. Si lo tomas de manera adecuada, alcanzarás una carga viral indetectable, podrás vivir una vida larga y saludable como las personas que no tienen VIH y no transmitirás el VIH.
Con el paso del tiempo, y si no estás en tratamiento contra el VIH, o no lo tomas adecuadamente, el virus interfiere en el sistema inmunológico de tu cuerpo, hasta el punto de que le impide actuar contra otras infecciones o enfermedades. Es entonces cuando la infección pasa a llamarse síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida). Esta es la última etapa de la infección por VIH.
Los síntomas del sida pueden incluir:
Además, cada uno de estos síntomas también puede estar relacionado con otras enfermedades. Muchos de los síntomas y enfermedades graves derivados del VIH proceden de las llamadas infecciones oportunistas (neumonía por Pneumocystis carinii, tuberculosis, infecciones por hongos y virus), los tumores malignos (sarcoma de Kaposi, linfomas de Hodgkin o no hodgkinianos, cáncer de cuello uterino y de la región ano-rectal); y los trastornos neurológicos.