El término anglosajón ‘chemsex’ surge de la fusión de las palabras chems (‘chemicals’, es decir, drogas) y sex (sexo). Hace alusión a un tipo de consumo sexualizado de sustancias vinculado a la cultura sexual gay.
Lo practican principalmente hombres que tienen sexo con otros hombres y tiene lugar sobre todo en casas particulares, aunque también en saunas, hoteles, clubes de sexo, locales privados o zonas de cruising, entre otros.
El chemsex se caracteriza por el uso de drogas con fines sexuales durante largas sesiones que pueden prolongarse horas o días. Es habitual el policonsumo. Las sesiones pueden ser en pareja (estable u ocasional), en trío o en grupo. También hay quien lo practica en solitario.
El chemsex es un fenómeno urbano relativamente reciente y cada vez más practicado, y uno de los principales focos de nuevas infecciones. La encuesta europea EMIS 2017 revela que un 14% de los HSH ha usado drogas estimulantes para que el sexo sea más intenso o prolongado.
Si has participado, participas o vas a participar en alguna sesión de chemsex es posible que te expongas a situaciones de riesgo en materia de enfermedades infecciosas como el VIH, además de otros riesgos físicos y psicológicos
Recomendaciones de prevención para no adquirir el VIH si participas en una sesión de chemsex.
Factores a tener en cuenta:
1. Chemsex y enfermedades infecciosas
2. Las drogas y el tratamiento antirretroviral
3. Sobredosis, suicidios, adicciones
4. Apoyo profesional
5. Chemsex en 15 preguntas
En el contexto del chemsex es habitual que se practique sexo sin condón con diferentes parejas sexuales. Esto aumenta el riesgo de contraer infecciones de transmisión sexual (ITS) como el VIH y la hepatitis C.
Además, el consumo de determinadas drogas puede afectarla percepción del riesgo, alterando tu capacidad para proteger la propia salud o la de los demás.
Aunque recibas un tratamiento efectivo para eliminar la hepatitis C, puedes volver a contraer el virus si mantienes prácticas sexuales de riesgo, y muy especialmente con el uso inyectado de drogas, conocido en este contexto como ‘slamming’.
Algunos de los tratamientos para el VIH pueden interaccionar con ciertas drogas utilizadas en el chemsex. Pueden modificar la manera en que se metabolizan en tu cuerpo y aumentar la concentración de las drogas en el organismo y, por tanto, su toxicidad, lo que puede producir potencialmente una sobredosis. Es importante que consultes con tu médico.
El chemsex está asociado a sobredosis, suicidios, adicciones, problemas de salud mental o agresiones sexuales. Puede, además, tener un fuerte impacto en tu salud y bienestar sexual.
Está demostrado que también tiene un impacto negativo en el rendimiento profesional o académico, en la vida social y afectiva, así como desencadenar o potenciar problemas legales y económicos.
Cada sustancia y cada vía de consumo presentan riesgos diferentes. Por ejemplo, una incorrecta técnica de inyección puede resultarte dolorosa y desencadenar infecciones y abscesos en tu cuerpo. Si haces un consumo combinando de sustancias de varios tipos, los efectos resultan aún más impredecibles.
Cuanto más frecuentes y constantes sean tus prácticas de chemsex, más probable es que se presenten efectos no deseados, consumos problemáticos y adicción. Y si previamente has tenido problemas de salud mental o de adicciones, puede aumentar tus riesgos.
Si practicas chemsex, puedes necesitar atención por parte de diferentes tipos de profesionales y servicios (adicciones, salud sexual, salud mental, etc.). Hazte pruebas de ITS cada tres meses. Estas pruebas se realizan en los centros de ITS.
También puedes necesitar atención sobre adicciones relacionadas con el consumo de sustancias o con el comportamiento. Acude en ese caso a los centros de adicciones.
En el caso del chemsex, con frecuencia, las demandas de información o de atención se dirigen a las organizaciones comunitarias LGTBQ+ o las de VIH, algunas de las cuales tienen servicios de atención psico-social especializados.
En un caso de cuadro grave de salud mental, acude a un servicio de urgencias hospitalarias