En la lucha contra el VIH, la prevención es esencial.
El virus puede transmitirse a través de cuatro fluidos: la sangre, el semen, las secreciones vaginales y la leche materna de las personas que ya están infectadas. Puedes ampliar la información en ¿Tienes dudas? Hazte la prueba del VIH
Haber realizado una práctica de riesgo con una de estas personas no implica necesariamente que ésta te haya transmitido el VIH. Hay que tener en cuenta otros factores como la carga viral de esa persona, el tiempo y la frecuencia de la exposición, o si has empleado o no métodos preventivos correctamente.
La prevención del VIH ha evolucionado desde su aparición hace cuatro décadas. Se ha pasado de estrategias centradas únicamente en intervenciones biomédicas (uso del preservativo o esterilización de material para inyectarse drogas, por ejemplo), a los tratamientos antirretrovirales (que en sí mismos son un método eficaz de prevención) y a la denominada profilaxis per-exposición (PrEP), autorizada en España en 2019.
El enfoque preventivo actual es integral: aborda la prevención en su conjunto. Combina, por tanto, medidas biomédicas con factores que tienen que ver con el comportamiento: reducción de daños, conducta, justicia social, protección de derechos… El objetivo es diseñar una prevención más personalizada, atendiendo las necesidades también de grupos específicos y poblaciones vulnerables.