La Asociación RIS trabaja para transferir conocimiento científico que pueda ser base para el desarrollo de políticas públicas y, así, mejorar la vida de las personas que tienen VIH. La docencia, la divulgación, la prevención y la salud son otros de sus objetivos y canales. Inmaculada Jarrín y Ezequiel Ruiz-Mateos acaban de ser elegidos presidenta y vicepresidente de RIS. Hablamos con ellos.
¿Qué diferencia a la Asociación RIS de otras instituciones o sociedades dedicados al VIH/Sida?
RIS se distingue por el enfoque integral con el que aborda los desafíos que existen hoy en la infección por VIH. Trabajamos en diversas áreas, desde la investigación científica para favorecer el desarrollo de políticas públicas, hasta la divulgación del conocimiento científico a la comunidad VIH y a la sociedad, o el desarrollo de actividades docentes, siempre con el objetivo de mejorar la vida de las personas con el virus.
Como nuevos responsables de la asociación, ¿qué líneas estratégicas tienen marcadas?
Nos planteamos seguir desarrollando las líneas estratégicas establecidas, así como impulsar nuevas líneas. Vamos a continuar promoviendo proyectos de investigación que contribuyan al avance del conocimiento del VIH. En el ámbito de la formación, nos planteamos desarrollar actividades educativas que ayuden a difundir el abordaje de los retos actuales y futuros del VIH, así como promover acciones como las becas de movilidad para realizar estancias en centros de excelencia nacionales o extranjeros. Y, por supuesto, seguiremos promoviendo la divulgación científica. Queremos llevar el conocimiento a la comunidad VIH y a la población general.
¿Qué proyectos innovadores tienen en marcha?
Los proyectos que impulsamos están alineados con los objetivos de Onusida y el Plan Estratégico de Prevención y Control del VIH en España 2021-2030, del Ministerio de Sanidad. Actualmente, estamos desarrollando proyectos relacionados con el acceso, efectividad y seguridad de las nuevas estrategias de tratamiento, el envejecimiento, la cronicidad y la calidad de vida en las personas con el virus, y diferentes aspectos del estigma y la discriminación asociados al VIH y al sida.
Ante los retos ¿cómo puede la investigación contribuir?
La investigación tiene un papel crucial. En prevención, es necesario continuar monitorizando los resultados de la profilaxis pre-exposición (PrEP). Además, a medida que nuevas pautas y fármacos reciban la autorización para su uso profiláctico, será necesario analizar su efectividad y su impacto en condiciones de vida real, comparando las diferentes opciones preventivas. Es importante también diseñar estudios que permitan conocer en qué medida las poblaciones diana conocen estas nuevas estrategias y si estarían dispuestas a usarlas. El diagnóstico tardío sigue siendo uno de nuestrosgrandes retos y representa una de las principales barreras para alcanzar el objetivo de Onusida en 2030. Es necesario continuar monitorizando la evolución del diagnóstico tardío para evaluar el impacto que tienen las diferentes intervenciones, así como identificar a los grupos de población en los que es más frecuente para diseñar intervenciones dirigidas a las poblaciones más vulnerables. Por lo que se refiere al envejecimiento saludable, la cronicidad y la salud de las personas con VIH de edad avanzada, debe abordarse de manera específica y particular. En este sentido, es necesario que la investigación profundice en el estudio de las comorbilidades asociadas a la edad, así como en aspectos relacionados con el bienestar emocional.
“Los migrantes enfrentan situaciones que aumentan su vulnerabilidad. Debemos trabajar en eliminar las barreras sociales, culturales y políticas”
Inmaculada Jarrín y Ezequiel Ruiz-Mateos
Investigadora científica responsable de la Unidad de Coordinación de la Cohorte de la Red de Investigación en Sida (CoRIS) en el Instituto de Salud Carlos III e investigador experto en Inmunovirología del Instituto de Biomedicina de Sevilla (IBiS).
Por los datos que van surgiendo, ¿creen que la curación del VIH es posible en el futuro?
En estos momentos, a nivel de tratamiento antirretroviral, vamos a seguir viviendo una revolución. Esto irá acompañado de terapias alternativas al tratamiento, adyuvantes al mismo, que esperamos que den frutos. Si bien no van a conseguir a medio o corto plazo una cura esterilizante, esperemos que en algunos casos concretos consigamos una remisión virológica persistente en la ausencia de tratamiento antirretroviral, lo cual es un gran avance.
El número de nuevas infecciones es mayor en perfiles como los migrantes. ¿Cuál es su opinión al respecto?
Los migrantes enfrentan situaciones que aumentan su vulnerabilidad, como la falta de información y la dificultad de acceso a los servicios de salud, las estrecheces económicas o la discriminación, entre otras. ¿Qué más podemos hacer? Mejorar su acceso a las pruebas de VIH, asegurando que los servicios sean culturalmente sensibles y accesibles. Pero, también, implementar campañas informativas específicas para esta población o capacitar a los profesionales en competencias culturales para mejorar su atención. En definitiva, debemos trabajar en eliminar las barreras sociales, culturales y políticas.
En su opinión, ¿podremos alcanzar los objetivos de Onusida para 2030?
Ya hemos alcanzado el objetivo relacionado con el acceso al tratamiento antirretroviral, pero debemos seguir trabajando en diagnosticar de forma precoz a las personas con VIH que no están diagnosticadas, facilitar el acceso al tratamiento antirretroviral y conseguir que las personas que acceden al tratamiento mantengan la adherencia al mismo. Contamos con las herramientas necesarias para alcanzar estos objetivos. Sin embargo, es fundamental que desarrollemos intervenciones que faciliten el acceso a la prevención, el diagnóstico y el tratamiento a las poblaciones más vulnerables. Además, no debemos perder de vista otro de los grandes objetivos de Onusida en el que aún nos queda mucho por avanzar: lograr que menos del 10% de las personas con VIH experimenten estigma o discriminación. Debemos continuar trabajando en esta dirección.