La doctora Rosario Palacios, de la Unidad de Infecciosas del Hospital Universitario Virgen de la Victoria de Málaga, es la nueva presidenta del Grupo de Estudio del Sida (GeSIDA) desde hace varios meses. Es la primera mujer que ocupa el cargo. Toma el relevo de José Ramón Arribas, del hospital Universitario La Paz de Madrid. Ejercerá esta responsabilidad durante los dos próximos años para reforzar y consolidar el liderazgo de los infectólogos y microbiólogos españoles tanto en investigación básica y epidemiológica en VIH, como en el abordaje de la infección y sus comorbilidades.
Enhorabuena por el nombramiento. ¿O es una carga más?
(Sonríe) Gracias. Y sí, sí, dilo: es enhorabuena. Un gran trabajo el que tengo por delante, pero muy satisfactorio, la verdad.
¿Cuáles son los retos que se plantea para los años de su presidencia?
Más que de retos, hablaría de objetivos. Mi idea es mantener cierta continuidad. GeSIDA es un grupo de estudio muy consolidado, con una trayectoria excelente, eso hay que mantenerlo. Y ahora, por orden…
Primero, fomentar, mantener y mejorar en la medida de lo posible todo lo que son las actividades de formación del grupo, abarcando los temas que están más de actualidad, como el estigma y la calidad de vida de las personas que viven con VIH.
También, es importante incorporar las novedades de la vida diaria, y, en ese sentido, dar una nueva visión a las guías y documentos, hacerlos más interactivos, con posibilidad de irlos actualizando prácticamente en tiempo real.
Respecto a los socios, hay ciertos aspectos que me interesan mucho. Por un lado, seguir creciendo, que haya más socios, con toda la representación geográfica posible, y dar cabida en nuestras actividades a aquellos compañeros que por su localización a veces tienen más complicado tener cierta visibilidad. Además, es fundamental contar con los jóvenes, que estén implicados y activos en el grupo; para ello, ya durante mi etapa de secretaria se creó el Programa GeSIDA Nov(b)el. A los socios más seniors también hay que cuidarlos, “retenerlos” para sacar provecho de su experiencia y talento. Y, por último, y no menos importante, crecer en socios que se dedican a la básica más que a la clínica y darles mayor participación en procedimientos y actividad interna del grupo.
Finalmente, mantener y potenciar la colaboración de GeSIDA con otros grupos de estudio y con sociedades afines, como el grupo de estudio de ITS de la SEIMC (GeITS), la European AIDS Clinical Society (EACS) y también la División de VIH, ITS, hepatitis virales y TBC del Ministerio de Sanidad. Por supuesto, un objetivo es apoyar y colaborar con la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC) en la consecución de la especialidad de Enfermedades Infecciosas, que es la principal asignatura pendiente. No sé si son demasiados…
¡Casi nada! Se pone la meta muy alta.
Bueno, yo creo que, junto con los miembros de la junta directiva, que es fantástica, vamos a trabajar con ahínco para estar a la altura.
Rosario Palacios, Granada, 1969.
La nueva presidenta de GeSIDA es responsable de la Unidad de Enfermedades Infecciosas del Hospital Virgen de la Victoria de Málaga y profesora asociada del Departamento de Medicina y Dermatología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Málaga.
Con una amplia experiencia investigadora y participación en ensayos clínicos y estudios observacionales, la doctora Palacios cuenta con numerosas publicaciones en revistas nacionales e internacionales, la mayor parte de ellas relacionadas con la infección por VIH.
En la actualidad es corredactora general de las Guías de Tratamiento Antirretroviral de GeSIDA y ha ocupado cargos de responsabilidad en la Ejecutiva de la Sociedad Andaluza de Enfermedades Infecciosas (SAEI) y de la recientemente creada Sociedad Andaluza de Microbiología Clínica y Enfermedades Infecciosas (SAMICEI) de la que ha sido la primera presidenta.
Ha comentado alguna vez que es fundamental intensificar la colaboración entre organismos sanitarios, asistenciales y de investigación. ¿Por qué?
Cada uno tiene su función, y son funciones complementarias para poder alcanzar los objetivos que nos planteamos en el manejo de las personas con VIH. Una buena investigación lleva a una mejor asistencia; y las instituciones tienen en su mano poder dar recursos. Eso es fundamental, esa colaboración y ese aunar fuerzas.
Con los últimos datos que tenemos en la mano, hemos cumplido los obje-tivos 90 90 90. Ahora tenemos el reto de llegar a 2030 y cumplir el 95 95 95. ¿Qué tenemos que hacer?
Es fundamental el cribado universal. Cribar, cribar y cribar. Yo creo que el gran reto está en el primer 95, el diagnóstico precoz. Si se consigue, los otros dos 95 llegarán de manera más fácil. Y aquí volvemos a hablar de un deber compartido: las autoridades sanitarias, los clínicos, los investigadores básicos, las sociedades científicas, las empresas farmacéuticas y también la sociedad civil, sobre todo las oenegés que están comprometidas con las personas que viven con VIH.
Precisamente, hablando de diagnóstico tardío, ¿qué prácticas concretas cree que hay que fomentar? ¿Cómo hacer ese cribado universal compaginándolo con la protección del paciente?
Yo insisto en que, para conseguir ese diagnóstico precoz, es fundamental hacer más pruebas de VIH. Hay que cribar y hacer estudios de contactos. Cuando se diagnostica a un paciente, hay que intentar llegar al mayor número de contactos que haya tenido para poder cribarlos también. Además, hay que hacer campañas de información a la población, concienciar a los grupos que son más más vulnerables, facilitar el acceso a las pruebas de forma sencilla y confidencial. Hay mucha gente que no se hace la prueba por no pedirlo a su médico, por vergüenza.
Otro tema vital es concienciar a los médicos, en nuestra mano está pedir la prueba. No me refiero a los médicos que nos dedicamos a esto, sino a médicos de otras especialidades; hay que evitar las conocidas como oportunidades perdidas que en muchas ocasiones caen en mala praxis y eliminar obstáculos para pedir la prueba (el tan nombrado y controvertido consentimiento informado).
Tenemos ejemplos que funcionan. Hay una iniciativa que es fantástica, el programa Deja tu huella, un programa piloto de detección de sujetos infectados por el VIH en los Servicios de Urgencias, que ha tenido unos resultados espectaculares. Además, puede que también ayude mucho la generalización de la profilaxis pre-exposición (PrEP). Todo sujeto que entre en un programa de PrEP, para empezar, tiene que hacerse la prueba de VIH y se le va a repetir de forma periódica.
“Hay que quitar obstáculos. Uno de ellos es, precisamente, el tema del consentimiento. Muchos compañeros no piden la prueba porque, como hay que pedir el consentimiento, es una traba más. Tenemos ejemplos que funcionan. Hay una iniciativa que es fantástica, el programa Deja tu huella”
Muchas personas con VIH van cumpliendo años. Es una buena noticia, pero ¿cómo hay que abordar la atención a las personas mayores con VIH?
Sí, es una buena noticia, muy buena. Hay que abordar la atención de una forma global, la persona en su conjunto, más allá del control de la infección por el VIH; abordar la salud de nuestros pacientes como el estado de bienestar objetivo y también subjetivo que le permite ejercer con normalidad todas sus funciones. Como dice la OMS: estado de completo bienestar físico, mental y social. Creo que hay que apoyarse más en la Atención Primaria y en otras especialidades a la hora de manejar a las personas que viven con VIH, además de conocer y utilizar recursos sociales que puedan aportar calidad de vida a determinados pacientes.
Tal como están las cosas, ¿cómo involucrar a atención primaria?
Es complejo porque la atención primaria está saturada. No se trata de trasladar a la atención primaria todos los problemas de nuestros sujetos, pero yo creo que las personas con VIH tienen que entrar en los programas de prevención y asistenciales que hay en primaria para el resto de la población, exactamente igual, sin ningún tipo de discriminación. Muchas veces es difícil: hay pacientes que conocemos desde hace años —¡hemos envejecido juntos!— y para ellos somos sus médicos de cabecera, aunque no debería ser así. Tiene que ser una atención compartida. También los pacientes tienen que verlo de esta manera.
¿Cómo podemos garantizar un envejecimiento saludable?
Para envejecer con calidad de vida, lo primero son los hábitos de vida saludables, no sólo en personas con VIH. El tratamiento antirretroviral garantiza el control de la infección, que, por supuesto es un objetivo prioritario, pero hay que abordar también otras comorbilidades y el estilo de vida de nuestros pacientes.
“El chemsex es complejo, desconocido y necesita un abordaje multidisciplinar. Su práctica, aparte de los problemas neuropsiquiátricos que acarrea, trae otros problemas médicos, en algunas ocasiones muy graves”
Parece que actualmente las medidas de prevención se han relajado y eso está disparando las ITS. ¿Qué se puede hacer?
Está claro: cribar, tratar y estudiar a los contactos. Además, por supuesto, de hacer campañas de formación y prevención. Efectivamente se han relajado las medidas de prevención, se han perdido ciertos valores, se ha perdido el miedo al VIH… Las nuevas generaciones no han conocido el VIH cuando el diagnóstico era una sentencia de muerte. Las personas que están en riesgo de ITS deben estar en seguimiento en consultas especializas, como son las de los programas de PrEP. No me preocupa el chico que está en PrEP y puede tener ITS, me preocupa el que no está en PrEP y tiene riesgo de ITS. Mucha población no lo sabe, pero más de la mitad de las veces las ITS son asintomáticas.
Hacer campañas masivas de concienciación sobre la prevención… Eso es otro tema pendiente, ¿no?
Se hacen pocas campañas. La población general no conoce muchos de estos aspectos y piensan que la sífilis es algo que pasó hace mucho tiempo y que ya no hay. Pero hay, y mucha. Igual con otras ITS. Desde GeSIDA, somos conscientes de que el mayor porcentaje de ITS ocurre en sujetos que vemos en la consulta. Los hombres que tienen sexo con otros hombres, ya sean seropositivos o no, con prácticas de riesgo son atendidos en nuestras consultas y en nuestras manos está fomentar los cribados, generalizar las vacunas (VHA, VHB, M-Pox, VPH…) y nuevas estrategias de prevención.
Las cifras del chemsex se han incrementado de forma exponencial. ¿Cómo se percibe esta práctica en cuanto a la gravedad para la salud pública?
Lo vemos cada vez con más frecuencia y consideramos que es un gran problema de salud pública. El chemsex es complejo, desconocido y necesita un abordaje multidisciplinar. Su práctica, aparte de los problemas neuropsiquiátricos que acarrea, trae otros problemas médicos, en algunas ocasiones muy graves. El abordaje tiene que ser multidisciplinar porque esos problemas, a lo peor, no nos llegan a nosotros directamente, que somos los que conocemos al paciente, sino que llegan por Urgencias o llegan al médico de familia, y hay mucho desconocimiento. En este sentido, GeSIDA está haciendo esfuerzos para formar a nuestros médicos para que puedan manejar el tema de la mejor manera posible. En algunos ambientes, esto no se ve como problema.
Usted es la primera mujer al frente de GeSIDA. ¿Qué supone este nombramiento?
Estoy muy contenta, pero es cierto que es una responsabilidad. Los presidentes que me han precedido han sido mis maestros, mis referentes, algunos ya se han jubilado y otros siguen en primera línea, son compañeros que ponen el listón muy alto. Y eso no es por ser hombre o no ser hombre. Pero, claro, ser la primera mujer que está en este puesto impone un poco. Sinceramente, impone. Intentaré estar a la altura. Y esto va a continuar, porque la siguiente presidente de GeSIDA también va a ser mujer, nuestra actual secretaria, la doctora María Velasco Arribas.