Entrevista
Tuitero y activista
Fotos de Alfredo Espinoza
¿Qué te mueve en tus redes sociales? ¿Es esa su misión, por lo que te lanzaste a ellas? ¿Qué quieres conseguir?
Me lancé a las redes para descubrir la gran posibilidad que ofrece internet: estar conectado con todo el mundo a todas horas y tener información de forma rápida y fácil. Las empecé a usar de forma personal y, con el tiempo, se han convertido en una herramienta profesional, Twitter exclusivamente.
Empecé a compartir mi trabajo y mis ideas, relacionadas con el mundo LGTBI+ (entre ellos el VIH) y los seguidores empezaron a dispararse. Seguir transmitiendo información y abrir puertas de conocimiento es lo que me motiva a estar en redes.
¿Por qué crees que te siguen? Dinos las tres claves de tu éxito en redes…
Divulgación, concisión e información objetiva.
Cuéntanos algo de tu método: ¿cómo eliges los temas?, ¿cómo los abordas?
No hay ningún método, ni nada pensado o planificado. No me considero un influencer o un creador de contenido; ellos sí tienen un calendario marcado con unos números concretos que conseguir. Simplemente hablo de lo que me mueve y conozco: derechos humanos, desigualdad, LGTBI+, feminismos, cultura.
¿Has tenido que morderte la lengua alguna vez? ¿Cómo encuentras ese punto?
Más de una y más de treinta veces. Hay temas que no toco y palabras que no menciono explícitamente para evitar que mis tuits acaben en grupos radicales de la ultraderecha y se repita un linchamiento que viví hace años. Creo que para estar en redes (es decir, mostrarnos, hablar, opinar, compartir lo que somos) hay que estar emocionalmente estable porque, si no, te puede afectar la exposición, o que desconocidos opinen sobre ti. Un comentario negativo puede hundir diez positivos si no estás listo, lista o liste para adentrarte en terreno digital.
Interactuar es clave en redes. ¿Cómo lo haces tú? ¿Cómo tratas a tus trolls?
A los trolls los tengo silenciados desde hace años. Solo recibo notificaciones de personas que me siguen porque necesitaba crearme un espacio seguro y acotado para poder seguir en redes. Así que ahora no los veo.
Estar en redes me ha permito encontrar personas maravillosas que hoy considero mis amigas, grupos, colectivos, entidades y organismos que contribuyen a colectivizarnos y ayudarnos mutuamente en un mundo dominado por el individualismo capitalista más feroz.
¿A quién sigues tú? ¿A quiénes tendríamos que seguir todos los que tenemos un interés, el que sea, por el VIH?
Ricardo Baruch (baruchdom en Twitter). Trabaja en el ámbito de la salud pública y es de México. Una perspectiva necesaria a la hora de hablar de VIH y personas LGTBI+ y un punto geográfico que debemos escuchar para abrir nuestros ojos más allá de Europa.
En la selva de las redes, y sobre el VIH y las ITS en general, ¿cómo podemos distinguir quién es fiable y quién no?
¿Te fiarías de una persona encapuchada que en medio de la calle empieza a hablar de que la tierra es plana? Pues lo mismo en Twitter. Las entidades, organizaciones, profesionales de la salud, la comunicación y activistas son referencias clave a la hora de buscar información fiable. El resto de los perfiles que no tienen datos, con alarmismo y hablando de una realidad que desconocen, son opiniones y ruido vacío.
¿Cómo valoras la comunicación que se hace sobre VIH? Sigue habiendo mucho desconocimiento, mucho prejuicio…
La comunicación sigue siendo, en líneas generales, inexacta y difusa. Quienes trabajamos en este ámbito o somos personas que estamos relacionadas con el virus, nos lo sabemos todo a la perfección. Hemos hecho nuestros deberes: informarnos y escuchar.
Hay una percepción de VIH igual a “esto no va con nosotros” o “esto es cosa del pasado” cuando el virus no se ha erradicado y sigue vivo. En ese sentido, el estigma se sigue articulando de forma similar. Lo vemos en expresiones como “estoy limpio” en Grindr; en artículos que señalan como un escándalo que un actor o actriz porno tenga el virus; en el miedo que se refleja en los ojos de la gente cuando alguien les dice que vive con el virus; o en personas heterosexuales que no han ido ni una sola vez en su vida a hacerse un control de ITS.
¿Qué crees que falta, comunicativamente hablando, para que siga habiendo tanto desconocimiento sobre el VIH?
Las opiniones basadas en el desconocimiento, el prejuicio o la desinformación son un síntoma claro de que la actualidad sobre el VIH no ha trascendido más allá de nuestros ámbitos. Falta formación a profesionales de la comunicación y falta educación sexual pública y gratuita que actualice qué supone tener VIH hoy en día: los avances que ha habido, qué es ser indetectable y qué falta por conseguir en otros lugares más allá de España.
¿Qué han aportado más y mejor las redes en esta tarea de concienciación social frente al VIH? ¿Hay algo que en redes esté perjudicando esta misión?
En cierta medida, las redes han aportado la democratización de la información y eso conlleva a su vez más comunicadores formados en VIH e ITS. Hay información online fiable, hay testimonios, hay hemeroteca y hay personas y entidades que día a día se dedican a transmitir buena información sobre el VIH. Todo eso existe, con lo cual, si alguien no lo quiere buscar o no lo quiere ver es porque le está dando la espalda. Y como negativo, pues que el propio algoritmo de las redes sociales premia la ira, la rabia y el desconocimiento tanto en este tema como en otros tantos.
¿Por qué crees que las ITS se están disparando, especialmente entre los jóvenes? ¿Qué mensaje te gustaría lanzar en este sentido?
No tengo ni idea de cómo están las cifras de ITS en jóvenes y no soy sanitario ni educador. Sin embargo, me remito a señalar lo necesario que es la educación sexual pública y gratuita. No puede ser que mi generación, que ya tiene 30 años, no haya recibido una charla sobre ITS o sexo en su vida más allá de los padres, hablándote una vez y como un tabú de los condones, o una persona que fue a clase a enseñarte a usar un preservativo cuando tenías 14 años. Tenemos que conocer que el sexo es placer más allá de algo reproductivo; y tenemos que saber cómo tener un sexo más seguro y responsable con nosotros mismos y con quienes lo tenemos.
¿Crees que los profesionales de la salud podrían tener un papel más activo en redes? ¿Cómo podría y cómo debería ser?
No le podemos exigir a los profesionales de la salud que tengan un papel más activo en redes de forma individual porque se enfrentan en su día a día a una gran carga de trabajo y lo que necesitan al finalizar el día no es divulgar más sino descansar. Si alguien lo quiere hacer, que sea por propia voluntad y gusto.
Sin embargo, quienes están por arriba (en este caso ministerios, consejerías, autonomías, departamentos, hospitales, farmacias y otros centros médicos) tienen en sus manos cuentas institucionales muy poderosas, avaladas por su propio rigor y autoridad, para comunicar e informar sobre VIH e ITS. TikTok es clave para comunicar con jóvenes hoy en día, pero no hay que abandonar Instagram, Twitter ni Facebook.
¿Por qué tan pocas personas conocidas con VIH dan la cara? ¿Qué les dirías y cómo llevarías tú sus redes?
Una persona con VIH comparte con quién quiere, cuándo quiera y cuando pueda si vive con VIH. Les diría que nadie les obliga a hacerlo pero que, si llega el punto en que están preparados para hacerlo, servirán de referente y de ejemplo positivo para muchas personas. ¿Cómo llevaría sus redes? ¡Que me llamen y lo discutimos!
