Cuando practicas la penetración sin lubricación, es más probable que el preservativo se deslice o se rompa debido a la fricción que se produce durante la penetración. Además, la penetración anal sin lubricación no sólo puede resultar más dolorosa sino que puede producir heridas y cortes en la mucosa rectal.
• El lubricante se aplica en la parte exterior del condón (una vez colocado) y en la entrada del recto o la vagina, pero no en el interior del condón, ya que provocaría su deslizamiento durante la penetración.
• En la penetración vaginal, los tejidos vaginales y cervicales producen una secreción que tiene capacidad lubricante, pero la cantidad varía en función de cada persona y cada ciclo menstrual. Así que puede que no sea suficiente para el uso seguro de un preservativo.
• Muchas mujeres emplean lubricante hidrosoluble para que la penetración sea más placentera. En algunos casos, se puede lograr una adecuada lubricación aumentando el tiempo de estimulación y excitación antes de la penetración.
• Los lubricantes grasos (cremas, vaselinas, aceites solares…) hechos con aceites pueden debilitar y romper el preservativo. Además, pueden provocar que se deslice fuera del pene, la vagina o el ano más fácilmente sin darse cuenta ninguno de las dos personas hasta que ha terminado la relación sexual. Por eso, es recomendable el uso de lubricante hidrosoluble.
En caso de disponer únicamente de lubricante graso, es preferible emplear saliva a pesar de que no sea un buen lubricante y seque con rapidez. Hay personas que utilizan la saliva como lubricante para la penetración vaginal y anal y para otras prácticas sexuales como el ‘fisting’ (introducción de la mano en el recto). Conviene saber que esto puede provocar un intercambio de patógenos al entrar en contacto la saliva de una persona con la mucosa vaginal o rectal de la otra, algo que incrementa el riesgo de adquirir o transmitir algunas ITS.
Referencias y Bibliografía
