Pensar en los fármacos antirretrovirales como elementos de prevención de nuevas infecciones ha supuesto una revolución. Si el uso de la medicación en infectados por VIH es una manera de prevenir, ¿podría ser una solución preventiva el consumo del tratamiento en personas no infectadas pero que tienen alto riesgo de infección? En eso consiste la profilaxis pre-exposición (PrEP): en tomar el tratamiento antirretroviral sin estar infectado antes de tener prácticas de riesgo.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) incluye en sus guías la PrEP como “una opción adicional de prevención a todas las personas en riesgo sustancial de VIH”. ONUSIDA defiende la ampliación de la PrEP como una intervención de prevención del VIH efectiva adicional y la incluye como parte de programas combinados de prevención del VIH en poblaciones con mayor riesgo de infección.
Tanto el número de aplicaciones de la PrEP como su repercusión están aumentando a nivel mundial. En España está autorizada desde 2019, pero todavía no se ha implementado de manera generalizada. Hay que tener en cuenta que todos los medicamentos para el tratamiento de la infección por el VIH están sometidos a prescripción médica restringida y son considerados de uso hospitalario. Su uso conlleva un seguimiento clínico y analítico, además de consejo asistido y control de la adherencia.
Las personas que toman la PrEP deben estar y permanecer activamente involucradas en la intervención de reducción de riesgos, y responsabilizarse de su correcta adherencia.
En cualquier caso, la PrEP no debe ser la única medida en materia de prevención. Ha de ir acompañada de otras medidas clásicas como el uso del preservativo o de material esterilizado para el consumo de drogas, y la realización regular de pruebas de VIH, sobre todo si se realizan prácticas de riesgo. Por supuesto, acompañadas de estrategias sobre las conductas, el tratamiento y los derechos que incluyen el acceso a los servicios. Esto es lo que se llama prevención combinada.
Además de ciertas cuestiones éticas sobre la aplicación del tratamiento PrEP, esta estrategia presenta otros desafíos, como el riesgo de resistencia y de transmisión de virus resistentes a los fármacos antirretrovirales que se usan para la profilaxis, o la distribución de estos fármacos a poblaciones numerosas. De hecho, como en el caso de la profilaxis post-exposición (PPE), es importante tener claro en qué poblaciones se podría y sería conveniente utilizar la PrEP.
Referencias y Bibliografía