Los antirretrovirales no sólo han salvado vidas y evitado muchos casos de sida y VIH; además, entre 1987 y 2018, han traído consigo un beneficio para la sociedad española cifrado en 35.812 millones de euros, según un estudio reciente. La respuesta es clara: TAR igual a inversión.
En distintas fases, los tratamientos antirretrovirales en España acumulan una historia de 32 años. El sistema público de salud ha gastado en este tiempo 6.185 millones de euros para su adquisición y administración.
¿Gasto o inversión? Pere Ventayol, jefe de sección del Servicio de Farmacia del Hospital Universitario Son Espases, de Palma de Mallorca, lo tiene claro: inversión. “Generalmente, la visión más simple es considerar el enorme impacto presupuestario que supone la terapia antiviral. Pero hacer el ejercicio de asociar este gasto al beneficio obtenido es la forma adecuada de demostrar que, en el fondo, se trata de una inversión”.
“El retorno producido por la inversión en terapias antivirales en estas tres décadas no sólo ha sido económico sino, principalmente, un beneficio en salud. Ha sido una de las inversiones más rentables para el sistema sanitario”
Pere Ventayol
jefe del Servicio de Farmacia del Hospital del Hospital Universitario Son Espases, Palma de Mallorca
Pues bien, el estudio ‘Clinical and economic impact of 32 years of antiretroviral therapy for people living with HIV in Spain: Has it been an efficient intervention?’, que firman el propio Ventayol y otros colegas, fija nada menos que en 35.812 millones de euros el beneficio social de los tratamientos en nuestro país entre 1987 y 2018, el periodo estudiado.
Las conclusiones de esa investigación fueron presentadas en el 65º Congreso Nacional de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH), celebrado del 20 al 22 de octubre de 2020. Y sus números rotundos: el coste/beneficio de esa inversión en antirretrovirales ha sido de 6,79; es decir, cada euro gastado se ha traducido en un retorno económico para la sociedad de 6,79 euros. Si se tiene en cuenta estrictamente el beneficio para el sistema nacional de salud, descontando los costes directos generados, el beneficio asciende a 1.032 millones y el coste/beneficio es de 1,17 millones.
“Sabíamos que los tratamientos han proporcionado una mejora significativa en la salud de las personas que viven con VIH, pero hasta ahora no se había evaluado su rentabilidad o eficiencia. Este estudio permite demostrar que el retorno que ha producido la inversión en terapia antiviral en estas tres décadas no solo ha sido económico sino, sobre todo, un beneficio en salud. Ha sido, sin duda, una de las inversiones más rentables para el sistema sanitario”, subraya el autor.
Las investigaciones farmacoeconómicas son estimaciones, lo explica bien el propio Ventayol, que dice que los datos reales de lo que se ha evitado y, por tanto, del beneficio obtenido, no se podrán saber nunca. Pero sí son “una aproximación realista basada en datos epidemiológicos”. “El análisis no deja de tener valor por ello. Aunque el beneficio fuera menor, es espectacular”, concluye.
A la cifra de coste/beneficio de 6,79 comparando la situación actual y la que estaríamos viviendo en el caso de que no se hubiera realizado la inversión en tratamientos. Precisa el estudio que los antivirales han evitado en España, en estas tres décadas, 323.000 muertes, 500.000 casos de sida y 161.000 casos de VIH. Y que ese beneficio clínico se ha traducido en el ahorro de 34.780 millones, 6.161 millones y 1.057 millones de euros, respectivamente.
El beneficio clínico generado por los TAR en España entre 1987 y 2018 se traduce en un beneficio neto de 35.812 millones de euros para la sociedad.
El beneficio generado por los TAR en España entre 1987 y 2018 se traduce en un ahorro neto de 1.032 millones de euros para el sistema público de salud.
Desde un punto de vista social, los TAR arrojan en ese periodo un ratio coste/beneficio social de 6,79. Es decir: por cada euro invertido por el sistema se ha generado un retorno económico de 6,79 euros a la sociedad.
Desde el punto de vista del sistema público de salud, los TAR arrojan en ese periodo un ratio coste/beneficio de 1,17: por cada euro invertido por el sistema se ha generado un retorno económico de 1,17 para las arcas públicas.
El estudio cuantifica en 1.961.943 euros el valor monetario de una vida.
Ventayol y sus colegas segmentan el análisis en tres momentos o décadas: un primer momento, la denominada era pre-TAR, que va de 1987 a 1996; un segundo momento, entre 1997 y 2007, que coincide con la llegada de los TAR; y los últimos años, entre 2008 y 2018. Su objetivo es comprobar si ha habido o no diferencias entre el volumen de la inversión y los resultados de salud obtenidos en cada una de esas etapas. “Y la respuesta es que los beneficios obtenidos muestran una relación de menos a más: a mayor inversión, mayor retorno. La literalidad en la relación beneficio-coste no deja lugar a la duda. Siempre y cuando no se disponga de una solución más efectiva, claro. Aunque no por ello hay que dejar de escatimar esfuerzos en las medidas de cribaje, detección y prevención”, asegura.
Poner números a estas tres décadas de terapias antirretrovirales tiene su alcance, recalca Pere Ventayol. No es que haya dudas al respecto de sus beneficios clínicos, pero sí es importante “para justificar que los tratamientos han proporcionado una mejora significativa para las personas y que además se han empleado con eficiencia”.
Referencias y Bibliografía