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Casi un 40% de las personas con VIH sufre discriminación en entornos sanitarios

El informe Experiencia de estigma de las personas con el VIH en España revela además que el 20% experimenta estigma en contextos sanitarios específicos del VIH.

FEBRERO 2025

No, no es ciencia ficción. Los datos sobre el estigma en el entorno sanitario en España llaman la atención.

El informe Experiencia de estigma de las personas con el VIH en España, presentado en abril de 2024, pone de manifiesto que un 39,3% de las personas con VIH experimentó alguna situación de estigma o discriminación en los contextos sanitarios no específicos para el VIH en el último año.

Las experiencias más frecuentes son la inclusión del VIH en los informes médicos sin tener que ver el virus con la atención prestada y evitar el contacto físico.

Más revelador es que un 20,2% de las personas con VIH experimentó alguna situación de estigma o discriminación en los contextos sanitarios específicos de atención al VIH, siendo las experiencias más frecuentes la huida del contacto físico o la recomendación de no tener relaciones sexuales.

José Canales, director del del Comité Ciudadano Antisida de Valencia, se lamenta de que, a pesar del éxito conseguido al cronificar la infección y mejorar la calidad de vida de las personas con VIH, se ha perdido visibilidad y sigue instalada la imagen del virus de los años ochenta. “Las consecuencias de esto se traducen en estigma, y su impacto es más grave en el mismo seno del ámbito sanitario”, afirma.

Para Canales, “el sistema sanitario está muy especializado y se olvida de la concepción holística de la persona y de su dimensión psicosocial, centrado en tratar exclusivamente el objeto de su especialidad. La escasa comunicación entre especialidades médicas y prácticamente la nula coordinación con el ámbito comunitario hacen que mensajes como I=I se queden en las unidades de medicina interna e infecciosas, pero no en el resto del estamento sanitario”.

El dato

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Un tercio de los encuestados registró comentarios discriminatorios o negativos sobre las personas que viven con el virus.

Las situaciones que más frecuentemente se observan en el Comité están asociadas a los prejuicios de algunos sanitarios. “Se trata de la caduca categoría de ‘grupos de riesgo’ o discursos absolutamente moralizantes y prejuiciosos en sus intervenciones”, denuncia. Canales considera que estos comportamientos son especialmente estigmatizantes y fortalecen las barreras de acceso a personas en situación vulnerable como mujeres (especialmente, migrantes y trans), hombres que tiene sexo con hombres o usuarios de drogas.

Lucio García-Fraile, especialista en Enfermedades Infecciosas en el Hospital Universitario de la Princesa, de Madrid, también ha visto alguna situación así. “Sobre todo, en personal recién formado, aunque también puede suceder en la persona que les ha formado…”

Y encuentra un porqué: “Una gran parte de los conocimientos en ciencias de la salud se transmiten por conocimiento teórico. Pero hay una parte importantísima, sobre todo de actitudes, que se aprende por imitación. Yo puedo aprender que el protocolo dice que hay que ponerse un guante en ciertos contextos y que para tocar piel sana no hace falta un guante. Pero, si veo que la persona que me está formando se pone guantes para tocar a todo el mundo, yo me voy a poner guantes”.

Aunque la discriminación en el ámbito sanitario no es muy prevalente, es preciso eliminar la que existe si se quiere garantizar la salud a largo plazo y alcanzar los objetivos de Onusida para 2030.

Es esencial aplicar intervenciones que han demostrado ser eficaces para reducir el estigma y la discriminación a diferentes niveles, incluidos los entornos sanitarios, pero también promover la resiliencia de las personas con VIH y sus habilidades para hacer frente al estigma relacionado con el virus.

García-Fraile cree que todo tiene que ver con la inercia. “Las personas que trabajamos en las unidades de infecciosas estamos en una situación privilegiada. Nosotros no somos seres de luz, lo que pasa es que ya hemos fallado muchas veces y las personas con VIH nos dan más de una oportunidad. Al final, vamos aprendiendo. Se aprende por error; prueba y error”.

Estudio de EACS

El informe publicado en 2024 por el Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades (ECDC) y la Sociedad Clínica Europea del Sida (EACS) apunta en la misma dirección.

La principal conclusión de la encuesta realizada en Europa y Asia Central es que “la estigmatización y la discriminación contra personas que conviven con el VIH aumentan debido a la falta de conocimientos suficientes sobre la prevención y la transmisión de la infección entre el personal sanitario”.

El informe, presentado en la 25ª Conferencia Internacional sobre el Sida (AIDS 2024), refleja que un 8% de los trabajadores del entorno sanitario evitaría el contacto físico con personas con VIH y una cuarta parte utilizaría guantes dobles cuando les atendiera.

El estudio pone de manifiesto, además, que el 44% de los encuestados no cuenta con conocimientos sobre profilaxis postexposición (PPE) y casi el 60% tampoco sobre profilaxis preexposición (PrEP).

En cifras

75%

La proporción de personas que trabajan en el entorno sanitario y conocen el binomio Indetectable=Intransmisible asciende a un 75%, según el informe publicado en 2024 por el Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades (ECDC) y la Sociedad Clínica Europea del Sida (EACS).

25%

De esas personas desconoce que I=I.

37%

De esas personas no conoce qué es la PEP

45%

De esas personas no conoce qué es la PrEP

Lucio García-Fraile aporta contexto: “Los datos son tan elevados porque el informe hace referencia a un entorno sociodemográfico mucho más amplio: incluye Europa y Asia Central. Además, la encuesta se realiza a muchas personas que trabajan en el entorno sanitario, pero que no son trabajadores de la salud”.

La realidad es que las cifras en Europa occidental son mejores, “pero eso no significa que no haya mucho que mejorar”, alerta el facultativo.

La proporción de personas que trabajan en el entorno sanitario y conocen el binomio Indetectable=Intransmisible asciende a un 75%, pero si la encuesta fuera solo entre personal sanitario, “esta cifra sería mucho más alta”, asegura García-Fraile. Que continúa: “La pregunta es qué ocurre con ese 25% que desconoce que I=I o qué ocurre con el 37% que no conoce qué es la PEP o con el 45% que no conoce qué es la PrEP. Ahí es donde más divulgación deberíamos hacer”.

“Existe una necesidad urgente de intervenciones sólidas y polifacéticas que abarquen la educación y las directrices para eliminar la estigmatización, mejorar los conocimientos sobre el VIH entre los trabajadores sanitarios y garantizar una atención equitativa y no estigmatizadora para todas las personas que viven con el virus”, afirma Teymur Noori, experto en VIH del ECDC y coordinador del estudio.

A pesar de la existencia de protocolos y directrices claras para proteger frente a la infección por VIH y prevenir la discriminación en muchos centros, en algunos de ellos sigue existiendo falta de sensibilización o de aplicación de estas políticas.

Según el estudio, menos de un tercio tiene conocimientos correctos sobre la transmisión y la prevención del VIH. Casi un tercio de los encuestados registró comentarios discriminatorios o negativos sobre las personas que viven con el virus y el 20% presenció la revelación del estado serológico respecto al VIH sin consentimiento del afectado.

Otro elemento de estigma en el entorno sanitario tiene que ver con la exclusión de las personas con VIH de los ensayos clínicos de terapias innovadoras, especialmente en aquellas relacionadas con cáncer, o el hecho de relegarles al último turno en las intervenciones quirúrgicas.

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