“Cumplir las promesas hechas en la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) en 2021 será notablemente menos costoso que invertir menos y arriesgarse a un mayor retroceso. Durante el último año, la indiferencia se ha convertido en abandono, y esta falta de solidaridad es moralmente incorrecta y perjudicial para todos los países. Si hay una lección que nos ha enseñado la pandemia de COVID-19, es que las pandemias no pueden terminar en ninguna parte hasta que terminen en todas partes”, reza la última declaración de ONUSIDA.
“Las personas más vulnerables y marginadas son las más afectadas. Una tormenta perfecta de crisis está ampliando las desigualdades mundiales”, afirma Antonio Guterres.
Los recursos internacionales disponibles para el VIH fueron en 2021 un 6% inferiores a los de 2010, indica el informe En Peligro. La ayuda al desarrollo en el extranjero para el VIH procedente de donantes bilaterales distintos de Estados Unidos se ha desplomado en un 57% durante la última década. La respuesta al VIH en los países de bajos y medianos ingresos se sitúa en 8.000 millones de dólares por debajo de la cantidad necesaria prevista para 2025.
“Las personas más vulnerables y marginadas son las más afectadas. Una tormenta perfecta de crisis está ampliando las desigualdades mundiales”
Antonio Guterres
Secretario general de la ONU “Las personas más vulnerables y marginadas son las más afectadas. Una tormenta perfecta de crisis está ampliando las desigualdades mundiales
Esta caída de la ayuda internacional no ha sido reemplazada por inversiones nacionales. Lo cierto es que los países de bajos y medianos ingresos luchan contra las mayores cargas fiscales y de deuda causadas por la pandemia de COVID-19. Ahora, además, la guerra en Ucrania está creando factores adversos añadidos. El Banco Mundial proyecta que 52 países, que suponen el 43% de las personas que viven con VIH en el mundo, experimentarán una caída significativa en su capacidad de gasto público hasta 2026. Cada vez más, el pago de la deuda nacional está desplazando las inversiones de capital humano y de salud que son esenciales para acabar con el sida.
«Justo cuando la ayuda internacional era más necesaria, la solidaridad global se ha estancado. Los líderes no deben confundir la enorme luz roja de advertencia con una señal de stop. Esto debe convertirse en un momento para aumentar el apoyo internacional», afirma Byanyima.
“Es imprescindible dotar de plena financiación a la séptima reposición de recursos del Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria, a fin de proteger lo logrado y recobrar el terreno perdido en materia de VIH”
Mandeep Dhaliwal
Directora del Grupo de Salud y VIH del Programa de Naciones Unidas
En el mismo sentido se manifiesta Mandeep Dhaliwal, directora del Grupo de Salud y VIH del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD: “Es imperioso que redoblemos los esfuerzos para reencauzar la respuesta al VIH. Necesitamos medidas e inversiones audaces y ambiciosas ya para alcanzar los objetivos y eliminar las barreras sociales que limitan el acceso a los servicios de VIH, sobre todo para las poblaciones clave y vulnerables. En este sentido, es imprescindible dotar de plena financiación a la séptima reposición de recursos del Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria, a fin de proteger lo logrado y recobrar el terreno perdido en materia de VIH”.
Y es que, a diferencia de años anteriores, las inversiones nacionales en materia de VIH no están reemplazando la pérdida de financiación internacional. La financiación interna en los países de ingresos bajos y medios ha caído durante dos años consecutivos, incluido un 2% en 2021. Las condiciones económicas mundiales y las vulnerabilidades de los países en desarrollo, que se ven exacerbadas por las crecientes desigualdades en el acceso a las vacunas contra el COVID-19 y la financiación de la salud, amenazan tanto la resiliencia continua de las respuestas al VIH como su capacidad para cerrar las desigualdades relacionadas con el virus.
Referencias