Está bien documentado que la prevalencia de enfermedades mentales (incluidas la depresión, la ansiedad y otras patologías graves) es mayor entre las personas con el VIH.
Un estudio realizado en 2019 por el Hospital Universitario de La Paz de Madrid arroja cifras llamativas: quienes viven con el virus tienen una prevalencia del 60-70% de alteraciones del sueño, un 30-40% de trastornos emocionales y alrededor de un 25-35% de trastornos cognitivos. Pero hay más: tienen el doble de probabilidades de padecer depresión o ansiedad y el riesgo de sufrir una enfermedad mental grave puede llegar a multiplicarse por diez. Además, siempre según ese estudio, que contó con la colaboración de Gilead, más de la mitad de los jóvenes con VIH tiene algún problema de salud mental.
Ahora, un nuevo estudio, dirigido por Tiffany Gooden y publicado en Lancet HIV (The risk of mental illness in people living with HIV in the UK: a propensity score-matched cohort study), ha ratificado esos datos. Lo que diferencia este estudio de otros anteriores es que se trata del primero que emplea un enfoque basado en cohortes emparejadas, lo que proporciona una mejor evidencia de la mayor proporción de las enfermedades mentales en las personas que viven con el VIH en comparación con las que no tienen el virus. Los autores contaron con la participación de una cohorte de 7.167 personas con VIH y un grupo control de personas sin VIH. Todas ellas no tenían diagnóstico previo de trastornos de la salud mental. El periodo evaluado fue el comprendido entre los años 2000 y 2020.
Pues bien, Gooden y su equipo han observado que las personas con VIH tienen un 63 % más de riesgo de ser diagnosticadas con una enfermedad mental, en comparación con las personas sin VIH.
Sus hallazgos muestran que 586 personas que viven con el VIH desarrollaron enfermedades mentales, en comparación con 418 personas sin VIH en los 20 años del estudio (tasa de incidencia de 19,6 y 12,1 por 1000 personas-año, respectivamente). Esto significa que por cada 1000 personas con VIH seguidas durante un año, se esperaría que 19 personas desarrollaran una enfermedad mental.
De forma más concreta, los investigadores hallaron una mayor incidencia de depresión, ansiedad y trastornos de la salud mental graves (tales como psicosis, esquizofrenia o trastorno bipolar) en personas con VIH. Así, 495 personas con VIH y 298 sin VIH desarrollaron depresión, 266 personas con VIH y 214 sin VIH desarrollaron ansiedad, y 64 personas con VIH y 30 sin VIH desarrollaron trastornos de salud mental graves.
Las personas con VIH presentan una tasa de incidencia de diagnóstico de enfermedad mental superior en un 63% a la de las personas que no viven con el virus, según el estudio publicado en Lancet VIH.
Según las conclusiones del estudio, el sexo también influye en el riesgo de desarrollar trastornos de la salud mental. Así, los hombres con VIH presentan una incidencia de dichos trastornos que duplica la observada en aquellos sin VIH, mientras que no se observaron diferencias significativas entre mujeres con o sin VIH.
En general, la investigación confirma que el riesgo de padecer trastornos de la salud mental en personas con VIH es independiente de la edad, estatus económico o tabaquismo. Pero sí se registra una mayor incidencia en personas con VIH en peor situación económica o diagnosticadas entre los años 2000 y 2009.
Referencias y Bibliografía
