Adolescentes, mujeres jóvenes, trabajadores del sexo, personas que se inyectan drogas, hombres homosexuales y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, personas transgénero y personas en entornos penitenciarios: ellos son la prioridad.
“Hagamos que el año 2021 sea un punto de inflexión en la historia del fin del sida”, casi ruega Winnie Byanyima, directora ejecutiva de ONUSIDA. “Las soluciones existen. Cuarenta años de experiencia en la respuesta contra el VIH han aportado las pruebas de que funciona. Algunos países han llegado a controlar sus epidemias de sida”, destaca.
Es verdad. Se han dado grandes progresos entre algunos grupos de personas y en algunas partes del mundo. Unos cuantos países han alcanzado el control de la epidemia del sida y otros están a punto de hacerlo. Antes de que se desencadenara la pandemia del coronavirus, más de cuarenta países habían conseguido o tenían al alcance de su mano el hito de acabar con el sida. Además, ocho millones de personas que viven con el VIH hoy ya disfrutan de vidas largas y sanas, y el número de nuevas infecciones por VIH y el de muertes relacionadas con el sida están descendiendo.
“Aplaudo los esfuerzos conjuntos en la respuesta mundial al sida. En este momento crítico para acabar con la pandemia como amenaza sanitaria mundial en 2030, hago un llamamiento a todos los países para que apoyen esta estrategia con el fin de volver a encarrilar la respuesta”
Kalumbi Shangula
Ministro de Salud de Namibia
Como se ha indicado antes, de los 38 millones de personas que viven con el VIH, 27,5 millones tienen acceso a terapia antirretroviral, según datos de ONUSIDA de 2021. Esto asegura la supresión de la carga viral y evita la expansión del VIH. La nueva hoja de ruta en la lucha contra el sida (‘Acabar con las desigualdades. Acabar con el sida. La estrategia mundial contra el sida 2021-2026’) se presentó en una sesión especial de la Junta Coordinadora del Programa celebrada los días 24 y 25 de marzo de 2021 en Namibia. Fue presidida por Kalumbi Shangula, ministro de Salud de Namibia. «Aplaudo los esfuerzos conjuntos en la respuesta mundial al sida. En este momento crítico para acabar con la pandemia como amenaza sanitaria mundial en 2030, hago un llamamiento a todos los países para que apoyen esta estrategia con el fin de volver a encarrilar la respuesta», dijo.
“Hagamos que el año 2021 sea un punto de inflexión en la historia del fin del sida”
Winnie Byanyima
Directora Ejecutiva de Onusida
El nuevo informe elaborado por ONUSIDA muestra un nuevo enfoque para cerrar las brechas que están impidiendo más avances. La estrategia ha recibido aportaciones de más de 10.000 partes interesadas de 160 países. Es el resultado de un exhaustivo análisis de datos y de un proceso inclusivo de consulta con estados, comunidades y socios miembros. En ella, a pesar de la Covid- 19, se mantiene el objetivo para 2030: alcanzar un nuevo triple, en este caso un triple 95, y acabar con el sida como una amenaza para la salud pública. Con todo, lo más destacado es que está basada en los derechos humanos, en la igualdad de género y en la dignidad.
Es decir, el foco se pone ahora en combatir el estigma y la discriminación: en reducir las desigualdades. Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud, subraya que, “para que esta estrategia se realice plenamente, la OMS seguirá apoyando a todos los países para que fortalezcan los sistemas de salud, y especialmente, la atención primaria, en el camino hacia la cobertura sanitaria universal”.
“Para que la estrategia de ONUSIDA se realice plenamente, la OMS seguirá apoyando a todos los países para que fortalezcan los sistemas de salud, y especialmente, la atención primaria, en el camino hacia la cobertura sanitaria universal”
Tedros Adhanom Ghebreyesus
Director General de la OMS
Basándose en lecciones clave aprendidas de las pandemias de sida y Covid-19, la estrategia planteada por ONUSIDA utiliza las herramientas y los enfoques probados para identificar dónde, por qué y para quién no está funcionando la respuesta actual contra el VIH. ONUSIDA asegura que se requieren medidas legales, políticas y sociales que empoderen a las personas que viven con la enfermedad, a quienes corren mayores riesgos de adquirir la infección y a otras personas afectadas por la epidemia, de manera que puedan reclamar sus derechos y recibir una justa reparación cuando los mismos sean vulnerados.
Sin embargo, todavía hoy menos del 40% de los países mundiales declara tener programas de capacitación a nivel nacional para el personal encargado de hacer cumplir la ley sobre derechos humanos y VIH. El progreso contra el VIH sigue siendo frágil en muchos países e inadecuado entre las poblaciones clave a nivel global y entre las poblaciones prioritarias —como los niños, las adolescentes y las mujeres jóvenes— en el África subsahariana.
Las desigualdades existen no sólo entre países sino también dentro de los propios países. E incluso en los países que ya han alcanzado el objetivo 90–90–90: las cifras ocultan la realidad de que demasiadas personas todavía se quedan atrás.
La estrategia 2021-2026 de ONUSIDA pide a las autoridades sanitarias y a los líderes de los países utilizar las herramientas disponibles para la prevención del VIH, enfocándose con particular atención en las adolescentes y las mujeres jóvenes, los trabajadores del sexo, las personas que se inyectan drogas, los hombres homosexuales y otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, las personas transgénero y las personas en entornos penitenciarios.
• Reducir el número de personas que contraen anualmente el VIH de 1,5 millones a menos de 370.000.
• Reducir el número de personas que mueren por enfermedades
relacionadas con el sida de 680.000 a menos de 250.000.
• Reducir las nuevas infecciones por el VIH entre los niños de 150.000 a menos de 22.000.