Orgullo y VIH son cosas distintas, pero las personas con VIH entienden de orgullo

“Tener VIH no es un motivo de orgullo, pero podemos celebrar que las personas con VIH seguimos estando aquí, que no tenemos miedo de dar la cara, que formamos parte de la comunidad y que queremos que se nos trate con dignidad”. Habla Oliver Marcos, del Comité Antisida de Salamanca. Él sí se muestra orgulloso de todo este trabajo.

La Coordinadora Estatal de VIH y Sida (CESIDA) anunció, sin embargo, hace seis meses que va a organizar el primer Pride Positivo del mundo para que quien quiera —no sólo el colectivo LGTBI+— pueda hacer visible y sin complejos que tiene VIH. “Vamos a mostrar la visibilidad como algo positivo, mostraros que no pasa nada, que aquí estamos, que somos muchas personas las que tenemos VIH y que tenemos una vida superfeliz, superplena y sin ninguna dificultad (o las mismas que el resto de personas)”, añade Oliver.

El Pride Positivo no va a tener lugar durante los días tradicionales del Orgullo porque, como indican desde Cesida, el VIH no está vinculado al colectivo LGTBI+. “El virus no entiende de género”, aseguran. Se celebrará alrededor del Día Mundial del Sida, el próximo 1 de diciembre. Aun así, recogerá el testigo de las reivindicaciones que el Orgullo LGTBI+ muestra estos días de junio y julio, destinadas a visibilizar a colectivos que sufren estigma y discriminación, con el objetivo de dignificar a las personas que viven con VIH.

Aunque no quieran vincular VIH y colectivo LGTBI+, Cesida sí va a estar en la calle estos días de verano con el colectivo LGTBI+, calentando motores con el Orgullo para el Pride Positivo. Visibilidad, visibilidad y visibilidad. Esa es la consigna. “Celebramos todo lo que se ha conseguido tanto médica como socialmente en la respuesta al VIH durante estos 40 años de pandemia. Y también queremos visibilizar todo lo que queda por hacer”, afirma Reyes Velayos, su presidenta.

Velayos insiste en el tema porque “es una de las claves para luchar contra el VIH, pero sigue siendo muy difícil todavía, precisamente por el estigma asociado”. Y añade: “Por eso, nos parece tan importante celebrar el Pride+: por todas las personas que no son visibles, para que tengan referentes y para luchar por sus derechos”.

“En España no ha habido un referente como Magic Johnson, que hubiera sido de una gran ayuda. Si no hay referentes grandes, ¡pues vamos a hacer muchos pequeños!” dice con mucho énfasis Arantxa Barreiro, técnica del Comité Antisida de Asturias. Arantxa también insiste en que tener VIH no es para sentirse orgulloso “en ningún caso”. “Pero lo que celebramos es que, a los que nos ha llegado ese momento, podemos expresarnos libremente. Somos muchas personas las que sufrimos este problema y necesitamos que la sociedad nos vea con una naturalidad que, de momento, no hemos alcanzado”, aclara.

Arantxa Barreiro salió del armario del VIH el mismo día en que se anunció el Pride Positivo —lo hizo allí mismo— pese a que a ella se lo diagnosticaron hace 32 años. Hasta ese momento, solo lo sabía su círculo más cercano. Pero dio el salto porque es importante “para mí, para el colectivo al que pertenezco y para la sociedad en general».

“La falta de campañas institucionales, de formación e información, y no hablar de VIH hace que toda la población, no solo los jóvenes, presten menos atención a la prevención. Por eso, es tan importante hablar del VIH y fomentar la detección precoz, no sólo el 1 de diciembre, porque de lo que no se habla es como si ya no existiera, y el VIH existe”, insiste Reyes Velayos. Arantxa corrobora las palabras de Velayos punto por punto: «Creo que tenemos que volver a hablar del VIH y de cualquier infección de transmisión sexual. Hacer consciente a la población de que tanto en los jóvenes como en otras franjas de edad están saliendo casos nuevos».

Oliver Marcos añade que el VIH en población joven es algo de lo que “apenas se habla”. Su caso es el de un diagnóstico tardío. Se enteró hace tres años, cuando tenía 25. “Desde mi punto de vista, la visibilidad es fundamental para conseguir acabar con el estigma. Cuando entendamos que el VIH está mucho más cerca de lo que pensamos y que no pasa nada por ello, entonces se romperán muchos mitos y prejuicios sin sentido”, avanza.

Ideas equivocadas

“La gente tiene una idea errónea del VIH. Creen que es peligroso rodearse de personas con VIH, por lo que la mayoría prefiere no decírselo a nadie o solo a un grupo pequeño de personas”, asegura. Según Cesida, aproximadamente uno de cada trescientos españoles tiene VIH, si bien “un alto porcentaje” de la población manifiesta que no conoce a ninguna persona seropositiva, lo cual, a su juicio, se debe a que “muchas personas con VIH no hablan de su situación por miedo a la discriminación”.

El estudio Creencias y actitudes de la población española hacia las personas con VIH, 2021, realizado por Cesida en colaboración con la Sociedad Española Interdisciplinaria del SIDA (Seisida),  refleja que un 10% de las personas encuestadas no mantendría “ninguna relación” con una persona con VIH. Además, un 36,3% de la población española se sentiría “incómoda” si un compañero de su hijo tuviera VIH y un 8% sigue apoyando medidas de segregación para este colectivo. Y todavía persisten creencias erróneas sobre la transmisión, dado que un 11% piensa que compartir un vaso puede transmitir el VIH y un 21,3%, que se puede transmitir por la picadura de un mosquito.

No todo es negativo: el informe deja patente también que ha habido una clara mejoría frente a los datos de 2012. “El VIH tiene asociado un estigma que hace que sea completamente diferente hablar de él con naturalidad. Hay que hacer frente al disfrute, al placer, al consumo de sustancias, a la diversidad sexual, a la diversidad racial… El VIH son muchos temas entrelazados, todos ellos incómodos, que hacen que el silencio muchas veces sea la mejor opción para mucha gente”, concluye Oliver Marcos.