Un equipo de investigadores estadounidenses ha realizado un estudio para localizar los reservorios del VIH con una nueva técnica no invasiva, en la que se combina imagen por resonancia magnética y anticuerpos monoclonales (anticuerpos sintéticos creados artificialmente por el ser humano) marcados radioactivamente.
El reservorio del VIH son células que contienen virus escondidos en un estado “durmiente” que no puede eliminar con eficacia ni el sistema inmunitario ni los tratamientos antirretrovirales.
Los científicos se han focalizado en localizar dichos reservorios para diseñar terapias que los traten y erradiquen así la infección. Sin embargo, para dicha localización, hasta ahora no se había logrado diseñar técnicas no invasivas (como la biopsia), lo que ha dificultado el trabajo.
Algo que sí han conseguido con la nueva técnica los autores del estudio, que se ha publicado en la revista Nature Communications. El resultado del estudio indica que los reservorios virales fueron identificados no solo en intestinos y nódulos linfáticos, sino que también se hallaron en la nariz y en la médula ósea. En estudios previos se había identificado el cerebro como un reservorio importante; sin embargo, esto no se halló en ninguno de los participantes del presente estudio. Quizás este extremo se debió a que el marcador radioactivo no logró atravesar la barrera hematoencefálica.
A pesar de las limitaciones observadas dado el bajo número de participantes y la poca experiencia con la técnica, el presente estudio supone una prueba de concepto de una técnica no invasiva capaz de detectar reservorios del VIH. Su optimización futura puede acabar proporcionando una herramienta importante para la investigación de la cura del VIH e incluso en el desarrollo de nuevos antirretrovirales.