El semen, el flujo vaginal, el moco que humedece las mucosas de la vagina y el ano, y la sangre son fluidos en los que el virus puede estar en concentraciones suficientes como para tener capacidad de transmisión del VIH. Cualquier práctica sexual en la que entren en juego estos fluidos puede suponer un riesgo.
Para que el VIH se transmita de una persona a otra, deben darse las siguientes condiciones:
La transmisión del VIH se puede producir cuando tiene lugar una penetración (vaginal, oral o anal) sin protección, es decir, si no utilizas un preservativo. Es importante recordar que con una sola exposición al virus puede ser suficiente para que éste se transmita.
La eficacia de los preservativos (tanto externos para el pene como internos para la vagina y el ano) en la prevención del VIH es de casi del 100% si los usas correctamente. Es decir, siempre y durante todo el tiempo que dura una penetración. Y si no se producen roturas u otros incidentes.
Hoy se sabe que las personas que tienen una carga viral indetectable, gracias al tratamiento, tienen un riesgo nulo (o prácticamente nulo) de transmitir el VIH durante las relaciones sexuales.
Prácticas sexuales y el riesgo que conllevan:
1. Penetración anal
2. Penetración vaginal
3. Sexo Oral
4. Beso negro
5. Masturbación mutua
6. Fist fucking
7. Besos
8. Juguetes sexuales
9. Sexo en grupo
10. BDSM
11. Defecaciones y lluvia dorada
En la penetración anal una persona introduce su pene en el recto de otra persona a través del ano. Si la penetración se realiza sin preservativo, es una práctica de riesgo alto en la transmisión del VIH.
El riesgo es tanto para quien penetra como para quien es penetrado, aunque tiene un riesgo mayor la persona que es penetrada. Si se produce eyaculación durante esa práctica sexual, aumenta el riesgo de transmisión.
Ten en cuenta que la penetración a varias personas sin preservativo o sin cambiar el preservativo puede poner en contacto fluidos con capacidad de infectar.
Si el preservativo no se rompe, no existe riesgo de transmisión del VIH. Siempre que el condón esté correctamente colocado, se utilice desde el principio y se lubrique con un producto de base acuosa o de silicona, el riesgo de rotura es muy bajo.
La penetración vaginal consiste en la introducción del pene en la vagina. Si la penetración se realiza sin preservativo, es una práctica de alto riesgo tanto para la persona que penetra como para la que es penetrada, aunque es mayor para la persona que es penetrada.
El riesgo para la persona que penetra es mayor durante el período de menstruación de la otra persona debido a la presencia de sangre.
• Cunnilingus: Consiste en estimular con la lengua la vagina de la otra persona. El riesgo es solo teórico: no hay casos significativos de transmisión por esa vía. Sin embargo, puede suceder. Durante la menstruación, hacer un cunnilingus sin protección tiene mayor riesgo por la presencia de sangre. El riesgo puede aumentar si existen encías inflamadas o heridas en la mucosa de la boca. Recibir un cunnilingus no se considera por lo general una práctica de riesgo ya que la persona solo entra en contacto con la saliva de su pareja. Pero la presencia de ‘piercings’ en zona genital sí pudiera suponer un riesgo si se produjera algún desgarro con sangre.
• Felación: Consiste en estimular (lamer o chupar) con la boca el pene de tu pareja sexual. La felación sin preservativo y sin eyaculación en la boca se considera una práctica de riesgo mínimo para la transmisión del VIH. Sí pudiera existir un riesgo en caso de presencia de semen en la boca, ya que el semen puede entrar en contacto con la mucosa de la boca y haber en ésta o en la garganta heridas que permitan que el virus pase al torrente sanguíneo.
La importante concentración de virus en el semen hace que ninguna de las protecciones naturales de la saliva o de la boca sean eficaces si existe eyaculación dentro de la boca. En caso de tragarlo, el riesgo aumenta por el contacto del semen con la mucosa del esófago.
Que te hagan a ti una felación no entraña prácticamente riesgo, ya que la persona sólo entra en contacto contigo con su saliva. Si hubiera eyaculación en la boca, se reduce el riesgo escupiendo el semen y haciendo enjuagues con agua. Pero, como se ha apuntado antes con motivo del cunnilingus, la presencia de ‘piercings’ y posibles desgarros con sangre sí pudiera entrañar algún riesgo.
La presencia de lesiones en la boca o encías (como una infección bucodental o tras cepillarse los dientes o usar hilo dental) puede aumentar el riesgo de transmisión del VIH. Las extracciones dentales o algunos elementos externos a la boca suponer posibles puertas de entrada del virus. Por ejemplo, piercings sin cicatrizar, aparatos dentales.
Consiste en estimular (lamer, chupar) el ano y la zona perianal de tu pareja sexual. No se considera una práctica de riesgo de transmisión para el VIH, ya que solo se está en contacto con la saliva de la otra persona, aunque sí lo es para otras enfermedades de transmisión sexual (ITS).
Podría haber riesgo en caso de que hubiera presencia de sangre en el ano. Por ejemplo, si ha habido una penetración previa o un ‘fist’(introducción de la mano en el ano). Recibir un beso negro no es una práctica de riesgo para el VIH, ya que solo se está en contacto con la saliva de la otra persona.
Estimular con la mano los genitales de otras personas (pene, vagina, clítoris, ano) no se considera una práctica de riesgo para el VIH siempre que no se use el semen de la otra persona como lubricante para realizar la masturbación. En ese caso, sí comportaría riesgo de transmisión del VIH, puesto que puede poner en contacto el semen con posibles puertas de entrada al pene o a la vagina. Si existen heridas en las manos, también puede suponer un riesgo.
Es la introducción de la mano en el ano y puede ser una práctica de riesgo para el VIH debido a cualquier herida que pueda haber en la mano o el brazo. Utilizar guantes de látex limita el riesgo. Usar mucho lubricante ayuda a dilatar y así se evitan desgarros y hemorragias.
Besar, lamer o chupar el cuerpo de otra persona no tiene riesgo de transmisión para el VIH. Ser lamido, tampoco. La saliva no puede transmitir el virus.
El uso de juguetes (vibradores, dildos dobles, bolas chinas, etc.) puede suponer un riesgo para la transmisión del VIH. Por ejemplo, al intercambiar el dildo tras utilizarlo, se puede entrar en contacto con restos de fluidos (sangre o flujo vaginal). Se puede evitar la transmisión del VIH colocando un preservativo al dildo cada vez que se introduzca en una persona diferente. Con juguetes como las bolas chinas, a las que no se les puede colocar un condón, la manera de prevenirla transmisión es que cada uno utilice su juguete. Es importante la desinfección de los juguetes después de usarlos.
La práctica de sexo en grupo presenta los mismos riesgos que el sexo en pareja, ni más ni menos. Puede ser una práctica de riesgo para la transmisión del VIH si no se usa un preservativo diferente por cada nueva pareja sexual. Si una persona no se cambia el condón, estará protegida frente al VIH, pero pondrá en riesgo a las personas a las que penetre.
El bondage, la disciplina, el sadismo o el masoquismo (BDSM) son prácticas en las que pueden jugar un papel importante los roles de dominación y sumisión, los fetiches y la exploración del placer o el dolor. El uso de objetos (por ejemplo, látigos o fustas) que produzcan sangrado e intercambiarlos es una práctica de riesgo para el VIH y las hepatitis B y C. Para reducir este riesgo,se puede limitar la utilización de estos objetos al uso personal. También, se pueden desinfectar después de su uso y antes de compartirlo.
La defecación sobre la pareja sexual, que suele asociarse a prácticas BDSM, no es una práctica de riesgo para el VIH, aunque sí puede serlo para la hepatitis A y la adquisición de parásitos.
La lluvia dorada consiste en estimular a otra persona orinando sobre ella. No es una práctica de riesgo ya que la orina no transmite el VIH.
Métodos de prevención para el VIH