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Salud mental y VIH

Salud mental y VIH

¿Cuál es el problema? 

Cualquier persona se puede enfrentar a problemas que afectan a su salud mental. De hecho, uno de cada cuatro adultos en el mundo experimenta algún tipo de problema de este tipo a lo largo de su vida. En ello intervienen tanto factores ambientales (un cambio de trabajo, preocupaciones monetarias, rupturas afectivas o un duelo…) como físicos (la biología de tu cerebro o antecedentes familiares).

Aunque no se trata por tanto, de un problema específico de las personas que viven con VIH, éstas son especialmente vulnerables a los retos que afectan a la salud mental. Las enfermedades crónicas o las de larga duración como el VIH impactan de una manera especial en los pacientes y puede ser factores desencadenantes. Algunos estudios revelan que una cuarta parte de las personas que viven con VIH han tenido algún episodio de depresión importante y que en cinco de cada diez pacientes se han detectado trastornos de ansiedad.

La salud mental también puede verse afectada por los efectos del propio virus, por los fármacos que se usan para su tratamiento o por la ansiedad a todos los niveles que genera vivir con el virus.

Salud psiquiátrica en personas con VIH

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¿Qué problemas de salud mental puedes tener?

Depresión, ansiedad, cambios de humor o de personalidad, e insomnio para dormir, por ejemplo, son desafíos de todo esto a los que conviene estar atento. 

Síntomas habituales de la depresión son la fatiga, la falta de concentración o de deseo sexual, la dificultad para conciliar el sueño, sentirse culpable o inútil o desesperanzado, la pérdida de apetito y peso, o, por el contrario, el hecho de comer mucho más de lo normal.

Síntomas de la ansiedad son la inquietud, la sensación de miedo, la irritabilidad o la dificultad para concentrase.

¿Cómo puede el VIH afectar a la salud mental?

Es difícil precisar el impacto objetivo del VIH en la salud mental de una persona. Sin embargo, las dudas que provoca vivir con VIH (sobre la propia vida, las relaciones y el futuro), el hecho de que se trate de una enfermedad crónica sin cura o los mismos tratamientos antirretrovirales pueden favorecer la aparición más frecuente de episodios de ansiedad y depresión en la población seropositiva.

En algunos casos, el virus es capaz de producir efectos en el cerebro ya que puede abrirse paso y acceder al sistema nervioso central poco después de la infección. Si así ocurriera, con el paso del tiempo, esta situación puede desembocar en lo que se conoce como trastorno neurocognitivo asociado al VIH, que produce una amplia sintomatología: déficit de atención, pérdida de memoria, dolores de cabeza, cambios repentinos  de humor, confusión mental o debilidad en piernas y brazos.

Además, los medicamentos antirretrovirales se asocian a un mayor riesgo de desarrollar problemas de salud mental o dificultad para conciliar el sueño. Es importante que hables periódicamente con tu médico sobre cómo te sientes para tratar de evitar episodios de ansiedad o depresión.

Y no sólo eso, el estilo de vida de una persona puede tener un impacto negativo en su salud mental mayor si vive con VIH. 

¿Cómo puedes cuidar tu salud mental?

Si vives con el VIH, es natural que puedas sentirse sensible, preocupado, ansioso o deprimido en algunos momentos, sobre todo si has sido diagnosticado recientemente. Pero si esos problemas no desaparecen o si notas algunos síntomas que pudieran indicar trastorno neurocognitivo asociado al VIH, habla con tu médico para obtener ayuda.

Estáte atento/a, por tanto, a síntomas que pueden indicar depresión o ansiedad. Tanto la depresión como la ansiedad se pueden diagnosticar y tratar. Los antidepresivos y la psicoterapia son efectivos. El acompañamiento por especialistas puede ayudar a identificar y parar a tiempo los factores que inducen a todos estos problemas. Es importante que te dejes asesorar en cada consulta.

Revisa la calidad de tu sueño: algunos estudios sugieren que las personas que viven con VIH son más propensas al insomnio, y aún más si se trata de mujeres. 

Revisa con tu médico el tratamiento que sigues contra el VIH por si pudiera estar causando alguna dificultad extra.

Te aconsejamos además algunos cambios en tus hábitos que pueden ayudar a mejorar tu condición: come bien, haz ejercicio y limita tu ingesta de alcohol y café.

Referencias y Bibliografía

Cómo afecta a tu cuerpo

Todo sobre los efectos del VIH en el organismo y claves para poder llevar una vida larga y plena.

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