Las canas y las arrugas deberían ser el menor de tus problemas. Las responsabilidades añadidas, tanto en casa como en el trabajo, pueden añadirte presión y tu salud puede quedar en un segundo plano. Es importante observar los signos y síntomas del envejecimiento, y tomar ahora todas las medidas de precaución necesarias para cuidar tu salud.
• Protege tu piel. Vivan o no con VIH, los hombres tienen el doble de posibilidades que las mujeres de desarrollar cáncer de piel. Sin embargo, los hombres de más de 40 años siguen presentando una exposición más alta de lo debido a los dañinos rayos ultravioleta. Cada año se contabilizan entre 2 y 3 millones de cánceres de piel. Sólo el 47% de los hombres usa protección solar, frente al 65% de las mujeres. No lo olvides: protege tu piel.
• Controla tu tensión arterial. La tensión arterial aumenta con la edad. A partir de los 45, los riesgos aumentan. Algunos tratamientos contra el VIH pueden provocar o acentuar la hipertensión. Fumar, consumir demasiada sal o tener sobrepeso hacen que aumente el riesgo de infarto e ictus. Contrólate.
• Ojo con la diabetes. El riesgo de padecer diabetes del tipo 2 es mayor a partir de los 40, no importa si vives o no con VIH. Pero el riesgo aumenta en las personas que tienen el virus. Es conveniente revisar los niveles de glucosa en sangre regularmente y adoptar algunos cambios hacia un estilo de vida más saludable.
• Bebe al menos dos litros de agua al día. Cuidar tus riñones es esencial a esta edad. Eliminan productos de desecho y el exceso de agua, ayudan al control de la tensión arterial, producen hormonas y consiguen el equilibrio de minerales en tu cuerpo. Algunos fármacos pueden aumentar los riesgos de enfermedad renal. En cualquier caso, procura beber más de dos litros de agua diarios.
• Vive tu madurez. Muchos hombres experimentan una crisis profunda que coincide con su madurez, entre los 35 y los 50 años. El grupo de edad en el que es más común quitarse la vida es el que va de los 45 a los 60. Y el 80% de las personas que se suicidan son hombres. Todo ello puede deberse a la asunción del propio ciclo vital y/o asociarse a un cambio importante en sus vidas: un problema laboral, una enfermedad, una separación, un duelo… Aparecen entonces la ansiedad y la depresión, que son más frecuentes en las personas que viven con VIH, sean hombres o mujeres.
• Evita interacciones farmacológicas. Consulta con tu médico si estas tomando medicamentos y/o productos de herbolario o dietéticos que no requieren receta para evitar que interfieran con la medicación contra el VIH.
Referencias y Bibliografía