El hígado transforma los nutrientes en energía, purifica la sangre de sustancias nocivas y procesa los medicamentos. Cuantos más medicamentos o toxinas (como el alcohol) se ingieren, más se le exige al hígado. El envejecimiento, además, hace que el hígado pierda efectividad en sus tareas y abre la puerta a diversas patologías hepáticas.
Con el término enfermedad hepática se hace referencia a un amplio conjunto de problemas que afectan al hígado. Entre ellos, la hepatitis A o la hepatitis B, para las que existe vacuna; o la hepatitis C, para la que no existe vacuna pero sí tratamiento curativo en pocas semanas. Pero, también, la enfermedad hepática relacionada con el consumo excesivo de alcohol o la llamada enfermedad del hígado graso no alcohólico en sus distintos estadios (NAFLD o NASH), frecuente en personas obesas o diabéticas y también, más recientemente en personas que viven con VIH. En estos dos últimos casos, es esencial cambiar la dieta y seguir un estilo de vida saludable.
La edad, el estilo de vida y otros factores pueden afectar a la salud del hígado, seas o no una persona que vives con VIH. Pero en las personas que viven con VIH este deterioro se puede producir más rápidamente.
Muchas personas que viven VIH no tienen problemas en su hígado. Pero si, además del VIH, tienes hepatitis B o C y bebes mucho alcohol, es muy posible que tu hígado acabe dando problemas.
Es recomendable que analices tu estilo de vida. El exceso de alcohol, el consumo de drogas inyectables o recreativas, incluyendo esteroides, y dieta poco saludable incrementan el riesgo de desarrollar enfermedad hepática.
También es importante que te hagas periódicamente análisis de sangre y que te sometas a una prueba diagnóstica de hepatitis viral (B y C).
Revisa tu medicación, tanto la del VIH como otras. Un exceso de medicación puede afectar al hígado.
Referencias y BibliografíaTodo sobre los efectos del VIH en el organismo y claves para poder llevar una vida larga y plena.