La menopausia es el momento en el que la mujer deja de menstruar y ya no es capaz de quedarse embarazada naturalmente. Es algo consustancial del envejecimiento y tiene lugar entre los 45 y los 55 años, cuando se reducen los niveles de estrógeno.
Síntomas frecuentes de la menopausia son los cambios y la irregularidad en tus periodos menstruales, sequedad vaginal, sofocos, sudores nocturnos y dificultades para dormir, cansancio, estado de ánimo decaído, irritabilidad o bajo deseo sexual. Estos síntomas pueden empezar meses o años antes de la menopausia y prolongarse alrededor de cuatro años después de tu último periodo.
Algunos estudios apuntan a que las mujeres que viven con VIH ven adelantarse su menopausia, si bien no pueden sacarse aún conclusiones contundentes al respecto.
No existe demasiada investigación y los estudios disponibles son contradictorios. Unos dicen que las mujeres que viven con VIH la menopausia se adelanta y que sus síntomas pueden ser más fuertes; otros, en cambio, no concluyen así. También hay documentos que sugieren que las mujeres que viven con VIH pueden tener más dificultades para distinguir los síntomas de su menopausia al confundirlos con los síntomas del VIH.
El riesgo de desarrollar osteoporosis es más alto en personas que viven con HIV y, específicamente, en mujeres que han pasado la menopausia.
Los tratamientos para reducir los síntomas del periodo menopáusico son los mismos en mujeres que viven con VIH que en cualquier otra mujer.
Llevar una dieta equilibrada y hacer ejercicio físico regularmente pueden contribuir a aliviar esos síntomas. También pueden ayudar los suplementos alimenticios naturales y los tratamientos a base de hierbas, aunque en ambos casos conviene que consultes con tu médico por si pudieran interactuar negativamente con el tratamiento antirretroviral que llevas.
Si estás bajo terapia de sustitución hormonal o cualquier otro tratamiento y estos te causan síntomas menopáusicos severos, tu médico puede sugerir que cambies a una terapia sin estrógenos para atenuar mejor las molestias; que te apliques cremas o lubricantes vaginales para combatir la sequedad; o que sigas una terapia cognitiva que reduzca la desgana y la ansiedad. Y si aún así sigues teniendo problemas serios consulta con tu médico la conveniencia y los riesgos de iniciar un tratamiento de sustitución hormonal en este momento.
En general, la terapia hormonal sustitutiva a base de estrógenos puede ayudar a las mujeres que la siguen proteger los huesos de la osteoporosis.
Si tienes síntomas menopáusicos severos, no abandones el tratamiento antirretroviral y consulta a tu médico.
Las mujeres transgénero que están sometidas a terapia de sustitución hormonal pueden experimentar síntomas similares a los de la menstruación como náuseas, hinchazón o calambres, pero no tienen propiamente el periodo menstrual. Por esa razón, la menopausia en estas mujeres es diferente a la de las mujeres cisgénero. Cada caso es diferente. Por eso, es aconsejable que hables con tu médico para que te aconseje según sean tu experiencia personal y tus síntomas.
En cualquier caso, no debes abandonar el tratamiento antirretroviral aunque estés bajo terapia hormonal. Si tienes alguna duda acerca de los efectos que uno y otro tratamiento pueden tener en tu cuerpo, consulta a tu médico.
Si estás bajo tratamiento de sustitución hormonal con inyectables, no descuides la higiene: usa cada vez agujas nuevas y esterilizadas para evitar nuevas infecciones como la hepatitis C o para evitar transmitir tú el VIH a otras personas.
Referencias y BibliografíaTodo sobre los efectos del VIH en el organismo y claves para poder llevar una vida larga y plena.