El VIH no te impide ser madre. Si sigues correctamente tu tratamiento y consigues llevar tu carga viral en la sangre al nivel indetectable, puedes mantener una vida sexual activa sin riesgo de transmitir el virus ni a tus parejas ni al feto. En cualquier caso, y como medida de prevención extra, tu pareja puede tomar la profilaxis pre-exposición (PrEP). Por tanto, puedes tener hijos cuando quieras.
Gracias a los avances de los tratamientos, hoy puedes tener un embarazo y un bebé sanos por medios naturales. Tus opciones de dar a luz dependerán en todo caso de tu carga viral y de tus circunstancias durante el embarazo. Habla con tu médico sobre tus preferencias y las opciones que más te convienen.
Los consejos que se pueden dar al respecto a una mujer que vive con VIH no difieren mucho de los que se pueden dar a una mujer seronegativa. Deja de fumar y de consumir alcohol regularmente. Sigue una dieta equilibrada y saludable que aporte a ti y a tu bebé los nutrientes necesarios. El ácido fólico es muy importante: reduce el riesgo de que el bebé nazca con anomalías.
Si tienes VIH y estás bajo tratamiento, consulta con tu médico los posibles efectos secundarios del VIH y los tratamientos en el proceso se embarazo. Sigue la prescripción médica para tomar el tratamiento: conseguirás que tu carga viral sea indetectable y, de esa manera, dificultarás al máximo el riesgo de que el VIH se transmita a tu bebé.
Puedes decidir cuándo y cómo tener un hijo:
Es importante que el bebé se someta a tratamiento contra el VIH como medida extra de prevención. El tipo de antirretroviral y la duración de ese tratamiento dependen del nivel de carga viral que has tenido durante el embarazo.
Es preciso revisar periódicamente al bebé. La primera vez, a las pocas horas de nacer; la última, a los 18 meses. Sólo entonces se puede descartar (o no) que el bebé sea seropositivo.
La probabilidad de transmitir el VIH a tu bebé es de menos del 2% si has tomado todas las precauciones necesarias, si el bebé ha estado bajo tratamiento antirretroviral durante esos primeros meses y si no le has amamantado. Si no has tomado estas precauciones, el riesgo sube al 25-35%.
La lactancia no está recomendada en mujeres que viven con VIH por el riesgo que eso supone de transmisión del virus al bebé.
Si a tu bebé se le diagnostica VIH, un equipo especializado se encargará de él y te aconsejará en todo momento.
Habla con otras mujeres con VIH que han sido madres. Su experiencia y sus consejos pueden serte muy útiles.
Referencias y Bibliografía